Volvemos a cambiar de director, y la cosa vuelve a mejorar. Además de que las cosas avanzan con cierta fluidez y parece que las pesquisas de Bond le llevan a algún sitio desde el principio, la historia se centra íntegramente en Japón, lo cual es un punto exótico que hasta ahora no se había logrado, obteniendo así la película un plus de interés. al menos para mí.
James Bond finje su propia muerte para poder investigar si una base secreta de SPECTRA oculta en algún lugar cercano a Tokio está lanzando cohetes espaciales que interceptan naves estadounidenses y soviéticas con el fin de provocar una guerra entre esas dos superpotencias. Tras semejante complot solo puede estar el número uno, que se revela como el Dr. Blofeld.
Hay mucho cutrerío del que nos tienen ya acostumbrados, como por ejemplo la lamentable caracterización de Connery en un intento por hacerse los graciosos convirtiéndolo en japonés para que pase desapercibido. Pero ya sabéis, lo cutre no es malo. Es incluso estimulante. Es también en esta película donde se revela el rostro del número uno, que como podéis ver abajo es un calco del Dr. Maligno de "Austin Powers". En películas sucesivas cambiará el look del villano, al igual que los actores que lo interpretan. ¿No pensaríais que solo Bond es interpretado por varios actores? También su némesis se guarda ese honor en las primeras películas.
A mí la verdad es que esta película me entretuvo bastante, si bien es cierto que sigue en la línea de todas las demás de la etapa Connery. Pero el hecho de estar rodada en Japón y que apuesten por toques de humor, ha hecho que le coja un poco más de cariño que a otras similares.
VALORACIÓN 007: Pistola de oro
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