007 tiene que investigar el robo de no se qué aparatito militar que quieren tanto los americanos como los rusos, y no pueden permitir que los camaradas comunistas se hagan con el control de el chisme, Dios nos libre. Total, que se da un paseo por España en una finca que dudo que haya existido jamás, y termina buceando en Corfú, previo paso por estaciones de esquí para las consabidas persecuciones. Lo de siempre vamos, solo que aburrido.
Puestos a destacar algo, en la escena precréditos aparece un destrozado Dr. Blofeld que, además de ser calvo otra vez, trata de vengarse de Bond por última vez por haberle dejado paralítico. Para dejar claro que estamos hablando de movidas que a Roger Moore no le han pillado ni de refilón, al principio 007 sale dejando unas flores en la tumba de su difunta esposa, Teresa Bond, para que hagamos memoria y recordemos como le mataron a la señora al garrulo de Lazenby en "007 al servicio secreto de su majestad" y luego la venganza de Connery en "Diamantes para la eternidad"
Total, que cansa mucho y no hay rivales desproporcionadamente exagerados, con lo cual la cosa pierde encanto y es mejor pasar página. A Roger Moore aún le quedan dos películas con las que dar guerra, y de la buena. No obstante, este fiasco dio pie a la patochada de Sean Connery que mañana veremos aquí, además de la siguiente entrega de Bond, "Octopussy" (sí, les encanta la palabra pussy). Por cierto, el "casino" de corfú no es más que un palacete de la princesa Sisí, cosa que sé porque un servidor estuvo ahí este año sin tener ni idea de que se había rodado una peli Bond en el sitio. Con eso ya he amortizado los 5 euros que me clavaron en la puerta, pero la película sigue sin salvarse.
VALORACIÓN: Tercer pezón
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