En esta búsqueda de subida de adrenalina, me decidí a probar suerte y darle la oportunidad a Posesión infernal, el remake de Evil dead.
Y sí, sabía a lo que venía. Que cuando una escoge un título así no espera una gran trama o profundas reflexiones. Que lo que buscaba era carnaza. Por esto, y porque en las pelis de terror me vuelvo más benévola, el resultado dio para merecer un hueco en el ciclo de terror de Kill Films.
El background no puede sonar más a tópico: un grupo de jóvenes en una cabaña del campo, alejados de la civilización y rodeados de fenómenos metereológicos inoportunos. Un sótano en el que algo horrible ocurrió en el pasado, un libro maligno para invocar demonios y de plato estrella...¡posesión infernal!
Precisamente, como poco más hay que contar, prefiero hacer una especie de balanza y ya cada uno que decida.
Sus fuertes: si te gustan las escenas desagradables hasta el extremo es tu peli. Están muy conseguidas, con unos efectos bastante trabajados que las hacen sorprendentes y de fuerte impacto.
Sus debilidades: el argumento no se sostiene por ningún lado (tal como cabía esperar). Además, y sin tener ni idea de medicina, la capacidad que tienen los personajes para encajar lesiones antes de morir los sitúa al nivel de semidioses. (Y no me vengas con acusaciones de spoiler, que sabes que en una peli así alguien va a morir fijo).
Como ya me quedo con la conciencia tranquila, me despido. Que aunque hable fríamente sobre el sufrimiento de los pobres jóvenes una tiene su integridad y no me perdonaría haceros perder el tiempo.
Hala, ¡a pasar un mal rato!
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