Si hay un género en el que abunden las sagas, ese es el cine de terror. Empiezan con una inocente peliculita que por los motivos que sean tiene relativo éxito y... zas, nos cascan un par de secuelas que van degenerando del terror cutre a la comedia sin miramientos, con lanzamientos directos a DVD la mayoría de las veces. Y ese es el caso de "Camino sangriento". O "km 666". O "Wrong turn". O como puñetas se llame esta caótica saga, porque sigo sin tenerlo claro.
La primera entrega se llegó a estrenar en cines, y hay que reconocer que presentaba cierta originalidad en las cintas de jovenzuelos perdios en el bosque. El enemigo en cuestión al que había que sobrevivir eran nada más y nada menos que unos paletos endogámicos caníbales de la América profunda. No está mal, tiene un puntito de credibilidad aunque esté muy cogido por los pelos. Pero al menos no tiene elementos sobrenaturales que a los dos segundos han perdido toda la gracia.
En la primera parte, un grupo de excursionistas y un ejecutivo tienen un accidente en una carretera secundaria de Virginia. Deciden buscar ayuda, con la mala suerte de ir a parar a la cabaña en la que viven tres hermanos caníbales: Dientes de Sierra, el Tuerto y el propio Tres Dedos. ¿Qué toca ahora? Pues tratar de escapar como buenamente puedan por mitad del bosque. Los que pasa es que los hermanitos no están por la labor y al final la diña hasta el apuntador. La película acaba con una gran explosión en la cabaña que mata a Dientes de Sierra y al Tuerto, pero claro, como en toda buena película de terror al final alguien acaba volviendo de entre los muertos. Tres Dedos ya emieza a destacar.
En la segunda parte, probablemente la mejor de las cinco, un equipo de televisión va a grapar un programa de supervivencia al mismo bosque de la primera peli. En esta ocasión Tres Dedos se ha unido a otra familia caníbal y tenemos una nueva ración de tripas esparcidas por la pantalla. Al final la familia acaba tan despedazada como las víctimas, con los hijos volados por los aires y los padres triturados en un aserradero (¡¡como Fargo!!). Pero eso sí, Tres Dedos sobrevive y además acaba de ser padre. Que tierno todo.
La tercera entrega ya es una caída en picado. Un autobús de presos tiene un accidente en el bosque y Tres Dedos y su hijo están de caza. El argumento apuntaba muy alto, pero está desaprovechado. El jefe de los presos mata al hijo de Tres Dedos y digamos que me esperaba una venganza mayor. Durante toda la película nuestro paleto favorito demuestra que es más difícil de matar que Freddy Krueger, pero al final "parece" que por fin le han mandado al otro barrio clavándole un gancho en toda la jeta. No obstante, al final aparece la silueta de un paleto acechando al último superviviente de la peli. ¿Que cómo no sé si Tres Dedos sigue vivo o no si todavía quedan dos pelis en la saga? Pues porque la cuarta y la quinta son... precuelas!!
En la cuarta entrega nos remontamos a la juventud de los tres hermanos caníbales, cuando estaban internados en un hospital. Obviamente logran escapar, causan estragos en el lugar y ale, a vivir en los bosques. Pasan los años y un grupo de jovenzuelos se refugia durante una tormenta de nieve en el hospital, que hace las veces de centro de operaciones de los paletos. Y esta ocasión, por primera vez no sobrevive ni uno de los incautos que se adentran en los dominios de los caníbales.
En resumen, una saga medianamente interesante. Recuerda bastante a las sagas de terror ochenteras, igual de cutre pero con enemigos realmente pintorescos, que es lo que importa al fin y al cabo. Podéis decidir verla y pasar un buen y asqueroso rato, o podéis mandar a Tres Dedos a paseo como hace la moza de aquí abajo. Lo malo es que la chica acabó despiezada cual marrano en San Martín. Yo sin duda veré la sexta entrega, que ya se está cociendo de cara a su estreno en 2014 (directamente en DVD por supuesto).
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