La maldición de Chucky

Oh si, la saga continúa. Después del microrepaso que le dimos a las anteriores cinco entregas AQUÍ, ha llegado la hora de seguir con la sexta entrega. He de dejar bien claro que ni es un remake ni spin off ni ninguna mierda similar. Es la sexta parte, de verdad. Una nueva película que tiene los santos cojonazos de unir lo bueno de la trilogía original y darle cierta lógica al despropósito de las dos últimas. Una tarea nada sencilla, creedme.

Y es que Chucky vuelve a aparecer 10 años después de su última película, en esta ocasión en una cinta que apesta a telefilm de media tarde de Antena 3 los fines de semana. Pero tras una primera media hora en la que llegué a preocuparme sinceramente de si llegaría a ver sangrecilla en pantalla, la cosa se empieza a animar. Chucky saca s cuchillo y su mala uva y empieza a destripar al personal.

 

Como ya digo, se une perfectamente el argumento principal con las chorradas sucesivas, y dejan un producto final aceptable (y disfrutable para los fans de la saga me atrevería a decir). Solo diré que tengo ganazas de ver la séptima entrega, prevista para 2015 y que seguirá el hilo argumental empezado en esta nueva historia. O eso dicen. Pero lo que es seguro es que la peña tiene más ganas de Chucky, o al menos eso dice que la entrada del análisis de la hasta ahora pentalogía del muñeco diabólico sea la segunda entrada más vista de este blog.

Y ojo, que tenemos escena postcréditos la mar de maja, con cameo incluido. Y no es el único de la película, todo sea dicho.