¿Sabéis ese mágico momento en que estás ante una película que sabes que será de culto, pero que aún no lo es? Puede que no para todo el público. Para uno mismo. Pues eso es lo que me ha pasado con "El Gran Hotel Budapest"
En un impresionante desfile de rostros conocidos de Hollywood que no me atrevo ni a etiquetar en el post, nos centramos en la historia del conserje del Gran Hotel Budapest, un hombre que lo da todo por sus clientes (y en especial clientas), que verá como su vida sufre un inesperado cambio cuando recibe la herencia de una de sus más ancianas clientas.
Estoy enamorado de su fotografía, de su montaje, de sus pintorescos personajes... pero sobre todo, del mejor conserje que haya pisado jamás la recepción de un hotel, M. Gustave. Espero que se haga justicia concediéndole al menos el Oscar a mejor guión, ya que han cometido el pecado de no nominar al grandioso Ralph Fiennes a mejor actor. Este año soy consciente que la nominación masculina principal se vendía cara, pero total, para nominar por enésima vez a Bradley Cooper y no darle el Oscar siempre hay lugar.
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