lunes, 7 de abril de 2014

Mongolian death worm



¿Tan difícil era traducir el titulaco de esta peli de mierda al pie de la letra? En el cine cutre un buen título es casi el 50% del éxito. El otro 50 es el póster. La película en sí es lo de menos. Pero nada, que no, que en España hay que traducir lo que nos sale de los cojones. ¿Qué apetece más ver, "Larvas Asesinas" o "Gusanos mongoles de la muerte"? Creo que está claro que lo segundo.


Esta cutrez made in SyFy promete muerte a ritmo de larva, un tesoro perdido y unos protagonistas mongolos (que no mongoles). Un cóctel digno de suicidio, pero una vez más, los bichejos salvan un poco la papeleta. Solo son unos gusanos rechonchos, de acuerdo, pero zampan como si les fuera la vida en ello.


En esta historia, cagada por algún guionista borracho alguna noche que se puso a ver un documental de bichos en la tele de madrugada, un tipejo buscavidas se encuentra en plena investigación para localizar la tumba perdida de Ghengis Khan en Mongolia, que supone estará llena de oro esperándole. En su periplo tropieza con una pareja de médicos que tienen que llevar medicamentos a un aldea cercana, porque hay una misteriosa enfermedad que asola la población. Los nativos dicen que la plaga la están provocando unas larvas gigantes, pero... ¿quién coño va a hacer caso a unos nativos, no?


El caso es que también hay una empresa que explota el terreno, y como no podía ser de otra forma, son los causantes de la aparición de las larvas asesinas. Ya que estamos, también encontraron la tumba de Ghengis Khan y la están saqueando. Para que los malos parezcan más malos y los buenos unos pobrecitos indefensos. Al final hay explosiones y babas de gusano por todas partes y llueve oro. Malos muertos y vivos ricos, y nosotros con una mano delante y otra detrás. Y una tarde perdida viendo esto.

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