Cuando Johnny Deep se involucra en un proyecto para interpretar a un personaje estrafalario, no puedo hacer otra cosa que interesarme en el asunto. "El llanero solitario" ya tenía tufillo a fracaso estilo "Prince of Persia", pero en fin... es verano, tengo tiempo libre y el cine me sale considerablemente barato para lo que hay por ahí, así que decidí jugármela. ¿El resultado? Ni fú ni fá.
La película es un western basado en los tebeos y serie del llanero solitario y su compañero indio Toro. Tratados rotos con los comanches, forajidos y la carrera por el control del ferrocarril. Nada nuevo bajo el sol, a excepción del siempre expresivo Deep. Y si decimos Johnny Deep, en el 80% de las veces el cuerpo nos pide continuar con Helena Bonham Carter.
Es una especie de "Piratas del Caribe" de secano, porque Toro es un Sparrow de segundo nivel pero divertido al fin y al cabo. Exceptuando las escenas de tren del inicio y los geniales últimos veinte minutos, que demuestran que se han gastado los cuartos por la espectacularidad de esos momentos de acción. Las casi dos horas de relleno que acompañan a los 149 minutos de metraje no hacen más que cansar. Es una película que se puede ver porque tiene momentos divertidos, pero ni de coña se aproxima al éxito que nos querían encasquetar.
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