martes, 30 de julio de 2013

Mil palabras



Que nadie se asuste, que no cunda el pánico, pero... existe una película de Eddie Murphy en la que es capaz de conmover. No sé si me pilló con la guardia baja o es que realmente toca la fibra sensible, pero el caso es que fue pasando del "buah, otra cagada de Murphy" a un "eh, eh, espera un momento, pero si la peli es bonita y tiene mensaje", por muy moñas que suene esto último.


En esta cinta, Murphy interpreta a un agente de ventas de una editorial muy charlatán, que verá truncada su vida cuando descubra que ha quedado ligado a un árbol mágico. Cuanto más hable, más hojas perderá el árbol. Y cuando la última hoja caiga, tanto el árbol como él, morirán.


Con las típicas chorradas de situaciones graciosas y las caras que pone, esta película ofrece un poquito más de a lo que nos tiene acostumbrados Murphy (quitando las películas del profesor chiflado, poco más tiene que ofrecer este actor en sus actuaciones más recientes). Interesante de ver, si no tienes nada mejor que hacer. Puede que hasta te guste. Pero desde luego, es una película mediocre como tantisimas otras primas hermanas de esta.

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