sábado, 27 de julio de 2013

Kickboxer



No es que sea muy fan de este tipo de cine, pero el regustillo ochentero con su cutrez natural siempre sienta bien. Con esta especie de Karate Kid para adultos, con casi tanta acción como amagos de comedia que realidad es parodia, no he podido hacer otra cosa que un nuevo capítulo de la sección "película destripada".

Kurt Sloan (Jean-Claude Van Damme) es el hermano del campeón del mundo de kickboxing, Eric Sloan. Tras una breve introducción en que nos presentan a Eric como un campeón invencible, pasamos a la llegada de los hermanos a Tailandia, donde se ha organizado un combate entre el campeón estadounidense y el tailandés, Tong Po. Ojo a la escena de "turistas sexuales ultrapervertidos" que nos encontramos. Dos tipos, abrazados en una barca, comprando flores para cortejar a una puta. Así, tal cual. risitas cómplices y a la habitación del hotel. Esto ya va dejando claro por donde van a ir los tiros en la película.

Para compensar el machismo putero, el combate entre campeones resulta ser más gay de lo necesario. Calzones color lila, un pompón rosáceo en la cabeza de Tong Po y mucho sobeteo durante el combate. Pero al final se acaba el amor y Tong Po le parte la espalda a Eric dejándolo paralítico. La reacción más lógica de Kurt es irse a la selva a ser entrenado por una especie de gurú en el arte de Muay Thai, para vengar a las vértebras quebradas de su hermano. Yo no sé si Kill Bill tomó como referencia esta película o ambas comparten un antecesor común, pero el caso es que el entrenamiento de Kurt recuerda muy mucho al de Beatrix Kiddo en Kill Bill. Por actitud del maestro, por comentarios y por forma de entrenar.



Merece la pena destacar el baile borracho que hace Van Damme en un bar como forma de entrenamiento. "Para ver como mantienes el equilibrio" dice el maestro. El baile acaba evolucionando a pelea, y nos deja la escena más remarcable de la película. Por ese disparate merece la pena tragarse todo lo anterior. Además, los problemas de Van Damme en los bares en la vida real son ya un clásico, así que es casi profético.


El caso es que al final llega el esperado combate con Tong Po, previo secuestro de Eric, violación de "la chica de la peli" (cosa a la que prácticamente no se le da importancia en la cinta, sorprendentemente) y casi asesinato del perrete del maestro. La modalidad de combate es, atención, "de la forma tradicional". ¿Y cuál es esa forma tradicional? ¿Manos desnudas? ¿Sin protección? ¿Alguna movida ceremonial muy solemne? Que va, para nada. Eso sería un insulto al estilo de la película. El combate tradicional consiste en empaparse los guantes en resina y pegarse cristales rotos. Todo muy zen.

El combate tiene lo esperado, muchas patadas voladoras, cortes con los cristales y obviamente gana el bueno. Lo más destacable de la película es que el Tong Po en realidad es Mario Casas. ¿O no?


La película tiene cuatro secuelas en las que no participa Van Damme. Traducción: si la uno es cutre, flipad con las siguientes. Yo no tengo la más mínima intención de verlas, que para muestra un botón. Pero vamos, que ahí están para los valientes. Como voy a renovar la forma de calificar las películas, esta vez me voy a ahorrar el ponerle una nota. Que cada uno juzgue con lo que haya leído aquí. Yo solo puedo decir que divierte bastante, tanto por ochentera como por su cutrerío bienintencionado.

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