Soy consciente que he dejado un poco de lado el blog estas últimas semanas, pero demonios, soy un químico ocupado que tiene que preparar cursos y congresos para el verano. Para compensar mi abandono, traigo dos maravillas a caballo entre el manicomio y la genialidad, como son Clerks I y II
Kevin Smith es para mí el equivalente a Tarantino en la comedia y el absurdo. Con unos diálogos brillantes, te lleva de la mano por el caminito de frikismo y guarrería que quiere, dentro de un marco más o menos serio. Sus primeras películas no puedo definirlas de otra forma que no sea "una maravillosa puta locura"
Y es que en Clerks nos encontramos con dos pringaos de la cabeza a los pies, con problemas más que mediocres, que entretienen al espectador hablando de banalidades de la vida y el cine. Eso, y Jay y Bob el silencioso, que son dos personajes que aparecen en la mayoría de las películas de Smith (es más, Bob el silencioso es el propio director). Pero de estos dos engendros hablaremos en otro momento, porque además de sus perennes cameos en las primeras películas del director, tiene su propia película que hace autoreferencias a las situaciones que vivieron en las anteriores cintas.
Rodada en blanco y negro y con un resultado más que aceptable, Clerks definitivamente mola. Pero sin duda su secuela la supera con creces. Muchos más chistes, muchos más comentarios frikis de cine, mucho más Jay y Bob y hasta un espectáculo de "erotismo entre especies". Clerks II hace que te enamores de Kevin Smith para siempre o le hagas la cruz de por vida. No hay termino medio.
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