¿Qué amante del cine no ha oído hablar de esta película? Estamos ante una comedia negra tremendamente divertida, que poco a poco se nos va de las manos sin saber como. Tengo que reconocer que cuando la vi no tenía ni idea del argumento, así que la sorpresa fue mayúscula y fue in crescendo a medida que pasaban los minutos. Aunque resulte contraproducente, mi consejo es que si no la has visto aún, deja de leer este post inmediatamente (eso sí, cuando hayas visto la película vuelve por aquí a terminar lo que has empezado)
Mortimer Brewster (Cary Grant) acaba de contraer matrimonio con su vecina de toda la vida y va a contarle la gran noticia a sus tías. Los problemas empiezan cuando descubre que éstas llevan años matando hombres solteros que se sienten solos y que se alojan en la casa de huéspedes que regentan, añadiendo un poco de arsénico y otros venenos al vino que les sirven. Para añadir complicaciones, en la casa en la que viven y ocultan los cadáveres vive el hermano loco de Mortimer, quien se cree que es Theodore Roosevelt y hace las veces de enterrador sin saberlo. Y ya para rizar el rizo, el otro hermano de Mortimer es un asesino en serie huido de la justicia que aparece sin previo aviso acompañado de su cómplice, un cirujano plástico alcohólico.
Con semejante argumento, la cinta de Frank Capra solo podía ser un éxito o un fracaso, por la pura locura que encierra. Un siempre genial Cary Grant y ni un momento de pausa hacen que merezca mucho la pena ver esta película. Altamente recomendable.
VALORACIÓN: Recomendable
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