domingo, 4 de enero de 2015

Solo en casa 1 y 2



Si hay algún clásico en Navidad en mi familia, sin duda es Solo en casa (1 y 2). Las secuelas apócrifas de las brillantes primeras dos entregas lo único que hacen es mancillar el buen nombre de un clásico. Eso, y ponerme de mala leche por su mera existencia. Pero vamos a centrarnos en las originales, que es lo que mola.


La historia es archiconocida. Los Mcallister se van de vacaciones y se olvidan al pobre Kevin solo en casa. ¡Dos veces! Menudos cojonazos. Para darle vidilla al asunto, Kevin tiene que hacer frente a dos cacos con malosas intenciones. Así que se armará con utensilios de lo más variopinto para plagar su casa (y lo que no es su casa) de las más imaginativas trampas para, como dice el cartel de la cinta, patear algunos culos.


¿Qué niño no ha soñado con vivir las aventuras del pequeño Kevin? Yo desde luego, sí.

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