¿Qué chaval de mi generación no habrá soñado con echarse una partida de Jumanji? No recuerdo cuantos años tendría cuando la vi, pero supongo que unos 10 o cosa así. Y en aquellos tiempos, una ciudad invadida de animales salvajes era el nova más de lo flipante.
Y es que Jumanji es un juego maldito, que atrapa en una partida de vida o muerte a quien se atreve a jugar a él. Eso es lo que le pasa a Alan Parrish a finales de los 70, quien encuentra el juego por casualidad y decide empezar una partida con su amiga Sarah. Pero Alan tiene tan mala suerte que en su tirada queda atrapado en el juego. Sarah huye despavorida y todos dan por muerto a Alan. Veintiséis años después, unos chicos se mudan a la antigua casa de Alan, encuentran el juego y deciden empezar una partida. Pero realmente están continuando la que Alan empezó. Ahora tienen que terminar el juego entre los cuatro si quieren que todo vuelva a la normalidad.
Jumanji es una oportunidad de ver a Robin Williams en uno de sus papeles más memorables, así como de una jovencísima Kirsten Dunst y al niño mono, del cual no he vuelto a saber nada.
Aquí Robin Williams tiene unas pintazas muy similares a las de Zach Galifianakis en la trilogía "Resacón", su personaje se llama Alan y está bien loco. ¿Casualidad? No lo creo.
Y como dato, he de decir que ahora parece un poco evidente, pero cuando era un crío no me di cuenta de que el cazador del juego y el padre de Alan eran el mismo actor. Alucinado me quedo con lo inocente que era de pequeño.
Total, que Jumanji es una película más que recomendable. Muy probablemente la pongan en televisión próximamente, tras la muerte de RobinWilliams, así que no es mal momento para echarle un ojo.
EXTRA: Siempre recordaré un día en el instituto, en el que estábamos dando clase y había mucho ruído en los pasillos. Yo, ni corto ni perezoso me puse de pie y grité: "JUMANJIIII". Y se hizo el silencio. Y no me cayó un castigo. Algo milagroso.