jueves, 9 de enero de 2014

Te puede pasar a ti



Antes de la gloriosa era actual de cutrez infinita y pelo grotesco, Nicolas Cage era un actorzuelo bastante decente que se atrevía incluso con comedias romanticonas. Tenía unas cejas demasiado oscuras para unos ojos tan claros y un proyecto de estropajo rubio sobre la cabeza, pero sabía hacerse el simpaticote.


En "Te podría pasar a tí", Cage interpreta a un poli de Nueva York muy majete, amigo de los niños, ayudante de ciegos y matrona en autobuses. Está casado con una bruja, pero le da igual porque es imbécil. Un día, tras comprar un boleto de lotería, no tiene dinero para dar una propina a la camarera del restaurante donde se ha tomado un café, por lo que le ofrece la hipotética ganancia del boleto recién comprado. Y como no podía ser de otra manera, le tocan 4 millones de dólares que tendrá que compartir. Porque Cage es un tipo honrado.


Al final el dinero acaba siendo lo de menos. La bruja de dientes minúsculos de su mujer acaba divorciándose y quedándose con su mitad y la de la camarera, pero el buen poli encuentra el amor con la camarera. No creo que destripe nada, porque joder, esta historia nos la hemos tragado mil veces. Lo que pasa es que la presencia de Nicolas Cage es como echarle guindilla al chocolate. No sabes si es lo de siempre, tiene un regusto desagradable o te gusta, pero la guindilla Cage es irresistible en su casposidad en cualquier elemento.


Y es que Nicola Cage, en su infinita omnipresencia filmica y con sus magistrales dotes interpretativas, también sabe ser pasteloso. Pon cara de buenazo Nick, que vean en casa lo apañao que eres.

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