Amadeus es una genial visión de la vida y milagros de Wolfgang Amadeus Mozart. Y digo visión y no adaptación, porque me temo que es bastante inexacta históricamente. Pero seamos sinceros, no importa. Estamos viendo una película, no un documental de la BBC, y en ocasiones el cine tiene que darle mayor dramatismo o exagerar ciertos comportamientos o hechos en un biopic con objeto de interesar más al espectador. Es como cuando de pequeños nos daban una aspirina con un poquito de azúcar. Dulcificas el trago, pero el efecto es el mismo.
La historia de Mozart la vemos principalmente a través de los ojos de unos de sus competidores en la corte de Viena, Antonio Salieri, quien se debate entre la admiración por el genio y la envidia a su talento. Esto hará que le ayude y le ponga trabas en su carrera a partes iguales, sumiendo a Salieri en la locura. Es por esto que la película la narra un Salieri trastornado y envejecido, confesando a un sacerdote cómo asesió a Mozart. Y es aquí donde nos encontramos con las inexactitudes, puesto que no creo que Mozart fuera tan bala perdida como lo pintan en la cinta, ni Salieri un desquiciado envidioso, ya que gozó de una notable reputación en su época.
Como no podía ser de otra forma, la película estuvo nominada a multitud de Oscars en 1984, ganando 8 estatuillas de las 11 a las que aspiraba, incluyendo mejor película, mejor director y mejor actor (F. Murray Abraham). Como curiosidad, hay que señalar que esta historia inicialmente fue una obra teatral que posteriormente fue llevada al cine. Si tuviera una maquinita del tiempo, viajaría a 1980 para ver la versión en la que Sir Ian McKellen interpretaba a Salieri y Tim Curry a Mozart. Envidio enormemente a aquellos privilegiados que vieran la actuación de estos dos grandísimos actores.
Resumiendo, y para no enrollarme demasiado, Amadeus es altamente recomendable para todo el mundo, sea cual sea su género de cine favorito. Si tienes un mínimo de decencia, te encantará. Una píldora de cultura bien trabajada dentro del cada vez más amplio catálogo cinematográfico.
"No era Mozart quien se reía de mí, padre, sino Dios"
VALORACIÓN: Recomendable
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