Hacía años que le tenía ganas a esta película, y por fin (gracias a que la encontré buceando en Netflix) le he podido dar la oportunidad que se merece. Es una ida de olla sin duda, y eso es lo que la hace especial.
Un ex monje shaolin busca una forma de utilizar sus habilidades adquiridas tras años de entrenamiento, ya que cree que con el poder del kung-fu todo puede funcionar mejor en la vida diaria. Con la ayuda de un exjugador fracasado metido a entrenador de pacotilla y sus excompañeros, montan un equipo para tratar de ganar un millón de dólares en la liga de fútbol.
La película tiene momentos en los que realmente no sabes si es real lo que estás viendo o si te han echado droga en el colacao (los números "musicales" son de otra galaxia), pero al menos a mí me resultó de lo más entretenido.
The Krillin Brothers
Ojito a este tipo.Es un extra, pero madre mía, qué extra.
Respecto a las equipaciones de fútbol, no hace falta ser un experto en
cine asiático para reconocer el homenaje a Bruce Lee en el atuendo del
portero.
Y por si hay algún fan de Stephen Chow en la sala, aquí os dejo un proyecto de Verkami del que soy mecenas por si os interesa. Quedan pocos días para lograr el objetivo, y yo, sinceramente, me he quedado con ganas de más Show de Stephen Chow.
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